El grito en el cielo puse un sencillo amanecer, pues mi cuerpo estaba cubierto de pergaminos sin leer. Al despertar estos manuscritos encontré, su rúbrica delataba su proceder, siendo la caligrafía de mi poder. Expresaban toda una vida de sueños, experiencias, pensamientos y lo más importante lo que quedaba por vivir. He tapizado mi cuarto con las letras que aquel día escribí. Para no olvidar los objetivos, ni los sueños por vivir.

Antologías



LA NÚMERO NUEVE
Contemplaba con mirada cabizbaja, el hueco que libre esperaba su último sello, había conseguido ocho de la colección mitológica, pero le faltaba la primavera, el perro chico, la seta de San Jorge, esa adquisición lo traía de cabeza, preguntándose una y otra vez, que estaría haciendo en 2012 para no gastarse cincuenta y un céntimos en la Calocybe gambosa, una de sus preferidas, recostado sobre la cama, evocaba cuando las rastreaba en compañía de sus padres las mañanas de los domingos, para degustarlas más tarde con un rioja, sólo, mojaba los labios en la copa de su niñez.
Microrrelatos seleccionado para formar parte del librito del Quinto Certamen de Mico Microrrelatos San Jorge (2015)

SIN TESORO, ENCERRADOS Y SIN LORO
Toda las replicas estaban al frente en el calabozo de los piratas, entre ellos sin llegar a las manos intentaban averiguar quién había sido el culpable, el bárbaro que había dejado beber cerveza al loro, que declaraba con todas las palabras hipadas como pretendían llevar a cabo el robo del banco. Los tres mimos intentaban conciliar el sueño mientras que la  fanfarria continuaba con la fiesta, el civil de turno los observaba a través de sus viejas lentes con una expresión huidiza, echó mano al puñado de llaves que guardaba y miró hacia el pasillo, tras un largo suspiro abrió las tres celdas con la condición de que al salir no hicieran el más mínimo ruido, conformes, salieron muy despacito hacia la calle donde mezclados con el gentío, jugaron con el despiste que les proporcionó el carnaval, y aquellos disfraces de los chinos, todos, menos el hurtado en la misma comisaría.
Microrrelato que forma parte del libro en formato digital creado tras participar en el III Concurso de Microrrelatos Maritimos (2015)



SU CEGUERA
Tú en el alto balcón de tu silencio, caminas sobre nubes de plata hacia el acerado de tu calle, y eres libre por momentos, esos efímeros instantes, en los que tu amo de correa invisible duerme, la mañana se ha mostrado lluviosa, y no te vi asomar, sin embargo, en mis oídos retumbaron la bronca, los palos y el llanto, esas lagrimas, que duelen más que saber, que no tienes valor para huir de él, porque engañada vives, pensado, que es su forma de querer.

Microrrelato seleccionado por estar entre los veinte finalistas para el libro creado tras participar en la IV Edición Concurso Marzorrelatos (2015)


Mi llanto
Tengo que llorar,
Mi papá quiere que llore,
Pero el no quiere llorar,
Necesita que mis ojos,
Desborden lagrimas,
Saladas como gota de mar,
Para que esté contento,
Porque mi risa,
Para el es tormento.
No está orgulloso,
De nada lo está,
Gruñe como un ogro,
No le tengo miedo,
Solo pena, porque él,
Solo quiere, verme llorar.

Poema seleccionado para la Antología titulada VER S.O.S tras participar en el concurso creado por Ediciones de Letras (2015)


LAS TORNAS
Contemplaba la sopa, las letras se movían de forma extraña, encauzadas formaban un mensaje, cuando terminó de leerlo en voz baja comenzaron a deshacerse las flores labradas del fondo del plato y se enrojeció el caldo.
Asqueado, se retiró de la mesa, un ruido brusco hizo que girase la cabeza hacia la ventana y allí estaba el cordero que asaría para Nochebuena dándose cabezazos contra ella; del último y más fuerte consiguió entrar en la casa, se plantó ante su rostro desencajado, y hablándole con una voz graznada lo invito a que cogiese el hacha.
Negó insistente, pidió perdón, suplicó por su vida. El animal riéndose dio un paso al frente, sujetó el instrumento con la boca y lanzándolo con fuerza se lo clavó en mitad de la cabeza,  luego se marchó a pastar por el prado en busca de otro asesino prominente.

Microrrelato seleccionado para el libro “Homenaje a Edgar Allan Poe” tras participar en el Concurso titulado como el libro, Editado y organizado por Artgerust. (2014)


DECIDIRSE Y NO SER EL DÍA
Un día se levantó con la suficiente valentía como para hacer puenting y pensó que el lugar más cercano y propicio era el Rio Guadalquivir, buscó el arnés y las cuerdas de cuando trabajaba en la construcción, las guardó en una mochila junto con una botella de agua y algo para picar, tras media hora de camino se encontraba en el puente de Andalucía, los coches pasaban a toda velocidad, cuando se dispuso a preparar su tenderete, alguien le tocó la espalda con un dedo amenazador, se volteó y encontró a una panda de ancianos, miró para su alrededor y no vio que ningún coche se hubiese detenido, cada uno de ellos tenía una teoría diferente y todos quería llevar la razón, por eso cuando lo vieron pasar con la mirada cabizbaja por la puerta del cementerio de nuestra señor de la salud comenzaron a cavilar y decidieron seguirlo para ser informados, porque ellos, necesitaban una explicación. El primero en exponer su teoría le recriminaba que no se podía tirar basura al río, el segundo que no merecía la pena suicidarse porque siempre hay una salida, el tercero no llegó a decir nada porque se le olvidó, el cuarto le recomendó que no pescara ese par de botas sucias que alguien había lanzado,  y el quinto le pidió la bolsa de las patatas fritas, suspiró profundamente, y con mucha paciencia mientras picoteaban les recordó donde quedaba el asilo, se reían como niños mientras negaban con la cabeza, y tratándolos como igual los encaminó hacia la ciudad mientras jugaban al antiguo refranero español.

Microrrelato seleccionado para el libro “Por aquí pasa un río” tras participar en el Concurso titulado como el libro. Edición Digital y en papel Ayto. de Córdoba y Distrito Sur. (2014)


CANTAR DEL RECUERDO
¿Dónde está la llave maestra?
Que la isla llora lenta,
constantes latidos de huellas,
de pisadas desastrosas,
que la ofuscan de tormentas,
tiene miedo, por eso, tiembla,
y el rugir de su volcán cada vez mayor,
hace la angustia eterna
bajo su arena fina,
manto de sal y plata,
huye la llave despavorida,
buscando al rey de las aguas,
dulce manantial de vida,
la isla que siempre morará
en el lugar de tu recuerdo,
donde los parajes llenos de ti,
esas páginas, provistas de sueños.

Poema seleccionado para el libro “Homenaje a Pablo Neruda” tras participar en el Concurso titulado como el libro, Editado y organizado por Artgerust. (2014)


A LA ESPERA
Una maleta sellada por mil viajes, llena de experiencias recónditas, yace de perenne agonía en  donde solo queda lo perdido, esperando, que su dueño no haya perecido.

REMEMBRANZA DEL OLVIDO
Nunca fue tan fácil retornarse en un viaje al pasado, una simple mecedora tan añeja como el tocino que echaba a la olla, y que ricos, aquellos momentos de la niñez.

Microrrelatos seleccionados para el libro “Lisboa, directa al Corazón y 65 Relatos y Microrrelatos” Edición Digital tras participar en  IX Concurso de Relatos de Viaje Moleskin (2014)


SU ESTACIÓN
Las hojas amarillentas comenzaban a desprenderse de los arboles mientras que ella releía una vez más su libro favorito, dos corredores madrugadores no dejaban de mirarla cada vez que pasaban por su lado, un halo místico e interesante la rodeaba, sus canas plateadas comenzaron a oscurecer, y sus arrugas a desaparecer y así ella rejuveneció, por fin, había llegado el otoñó.

Microrrelato seleccionado para el libro “Otoño e Invierno” de la Edit. Diversidad Literaria tras participar en su I Concurso de Microrrelatos Otoño e Invierno. (2014)

EL ORIGEN DE LA CAUSA

Por fin he terminado la licenciatura, ahora ha llegado el momento que tanto he esperado desde que era pequeño, no dejaré que pase un minutos más, tengo que ir a Castellón y hacerme voluntario para Medicus Mundi, esa es mi misión, yo fui afortunado al nacer en una familia pudiente, pero, ¿Qué hubiera sido de mí de haber nacido africano?

Microrrelato seleccionado para el libro “Cooperación en 100 palabras” de la Edit. Sar Alejandría Ediciones tras participar en su I Concurso de relatos breves. (2013)


ARMADURA


Camina con una armadura,
Por la vida y hacia el viento,
Parece de hojalata,
Pero no lo oxida ni el tiempo.

Camina con una armadura,
Invisible para el resto,
Con paso firme y seguro,
Pasea por todo el pueblo.

Camina con una armadura,
Que oprime un corazón abierto,
Y esa persona le pide,
Que no deje nunca su cuerpo.

Poema seleccionado por Dinamopoética para participar en "Flash bus" una de las actividades creadas para Cosmopoética y publicado en el libro. (2013)

EL BALLET Y YO

Un par de minutos tarde fue suficiente para que el autobús se marcharse sin mí. Con la palma de la mano derecha le indicaba al conductor que parase, pero hizo casa omiso a mis señales. De haber viajado Fermín me hubieran esperado, él sabía de mi empeño por la danza y estaba orgulloso de mí, en varias ocasiones había asistido a representaciones de la escuela.

Una tarde mientras llegábamos a casa me contó que de joven había viajado a Londres de viaje de novios, y allí contempló la maestría con la que Margot Fonteyn deslizaba su cuerpo en el escenario y sumergía al público en un estado de inevitable asombro. Los  sentimientos de los allí presentes la correspondían llenando el teatro de calurosos aplausos tras haber disfrutado de Odette-Odile de El lago de los cisnes.

A sus ochenta y tres años viajaba en autobús desde la parada más cercana de su casa hasta el polideportivo municipal que se encontraba a las afueras del pueblo. Allí en compañía de sus amigos pasaba las tardes. Juntos, toda La pandilla, como le llamaba él, se reunían para ejercitar sus viejos huesos. Clases de yoga, natación y más tarde después de los juegos tradicionales tomaban un refresco en el bar jugando a las cartas.

Siempre me guardaba el asiento de al lado, esperaba cada tarde que subiera al autobús para preguntarme por mi jornada, por los nuevos pasos aprendidos, por los estudios,  por todo aquello que a una joven de quince años pudiera preocupar. Su incondicional apoyo me servía para mucho, era un amigo octogenario que sabía mucho de la vida y me aconsejaba en todo aquello que podía.

Cuando llegue a casa llevaba calado hasta el último de mis huesos, una repentina lluvia me acompañó durante todo el trayecto. Por la mañana, entre el repaso a última hora de los apuntes de mates y los ejercicios de física no tuve tiempo de mirar las predicciones del meteorólogo. No vi en todo el día un paraguas, los transeúntes caminaban a su ritmo, los mas frioleros abrigados con chapetas y los que se niegan a recibir el invierno con bermudas y camiseta.

Una vez en casa me di una ducha mientras mis padres debatían en la cocina, mi madre preparaba la cena, canelones para papá, y sándwiches de atún para nosotras. La cintura de mamá no disminuirá si no sigue las instrucciones de su dietista, y yo no puedo permitirme engordar. Un kilo de sobra en mi organismo sería un lastre a la hora de los ejercicios y Madame Leblanc no admitiría tal cosa. 

Las diez alumnas que conforman el grupo de las mayores del colegio de Madame Leblanc hemos sido preparadas a conciencia de la dedicación y el esfuerzo que debemos de realizar para convertirnos en las mejores bailarinas de ballet. Mis padres preservan diferentes opiniones, todas ellas versan sobre el ballet, él, opina que Nina la sobrina de la vecina de al lado es más flexible y realza sus pasos de arabesque con mayor elegancia que yo, mientras que mi madre opina que tengo mejor equilibrio y que mi pirquette es sensacional.

Entré en la cocina sin ganas de hablar del tema, cogí dos sándwiches y me fui al salón, me senté en el sillón junto a la chimenea, aun permanecía sin usar, no había refrescado tanto como para encenderla, pero me reconfortaba sentarme al lado, en la tranquilidad del salón, mientras los otros dos habitantes de la casa intercambian opiniones sobre mi trabajo como si yo no estuviera presente.

En el borde de la chimenea destacaban varias fotos mías ordenadas por edad, en la primera apenas tendría tres años, mi madre me había disfrazado para el carnaval y llevaba puesto un tutú rosa y unas medias blancas, permanecía sentada con cara sonriente sin saber que en el futuro usaría ese tipo de ropa a menudo. Las siguientes eran iguales, El ballet y yo, no había otro tema en aquellas fotos que no fueran inmortalizar mis avances.

Cuando mis padres entraron en el salón me había dispuesto a leer el periódico, un simple vistazo a los titulares, y una ojeada a la programación. Mi padre se abalanzó quitándomelo de las manos, no encontré explicación para aquel hecho tan ridículo. Ambos se sentaron frente a mí en el otro sofá, se miraban entre ellos sin decir nada hasta que el silencio desapareció con unas agrias palabras.

Mi padre pasó las hojas del periódico hasta llegar a las necrológicas, allí en letra gótica figuraba el nombre de mi amigo y compañero de autobús. Fermín había fallecido, ése había sido el motivo de su ausencia, de que no me espera ésa tarde como otra cualquiera dispuesto a escuchar cómo iban los ensayos para una de mis audiciones, en dos días tenía una representación de La Bella Durmiente para la compañía La Rosa Noire.

Me fui corriendo para mi cuarto, no quise llorar ante ellos, a menudo reafirmaban que llorar es de débiles, siempre tan metidos en su papel de padres estrictos y fuertes. Me tumbé en la cama y estuve llorando hasta que me quedé dormida. A la mañana siguiente no me sonó el despertador, ni tan siquiera la había dispuesto, fue mi madre la que me avisó, se había levantado para ir al baño y recordó que la noche anterior no había estudiado ni repasado los deberes de historia, me ojeaba la agenda del colegio cada día, ella no necesitaba esconderse de mí, la husmeaba descaradamente.

Me levanté a las seis de la mañana, y sentada en el escritorio hice los deberes de mates, lengua, geografía e historia, sin olvidar los dibujos de plástica. Tardé cuarenta y cinco minutos en todo aquello, después una hora de estudio. El primer examen de historia estaba cerca y mi madre no me permitiría suspenderlo. Después me duche, tomé un vaso de leche y me fui al instituto. Por las mañana me llevaba mi madre antes de entrar en la oficina y al medio día me recogía mi padre cuando salía del parque de bomberos.

Aquella tarde me vestí discretamente y pedí a mi padre que me acompañara al entierro de Fermín. En la iglesia no cabía un alfiler, su sencillez y su buen corazón hacia que todas la personas con las que hablaba habitualmente lo acompañaran en su último adiós. Después de misa fui a clase, Madame Leblanc instruía a una nueva alumna, mientras que las demás compañeras practicaban en la barra.

Inmediatamente me cambie de ropa, me puse el body y las mayas, me recogí el pelo en un moñito y me até las zapatillas. Madame Leblanc me preguntó por mi tardanza, y por que llevaba los ojos rojos. Le dije la verdad, a pesar de su firmeza a la hora de dirigir la escuela era una mujer sensible, la primera en darte las palmaditas en la espalda, dulce cuando tocaba y la última en abandonar el barco.

Me posicioné a la par de mis compañeras, Nina, la engreída Nina se sonreía como si no creyera lo que había contado. Cuando Madame Leblanc pidió una voluntaria para que le hiciera unos pasos de La Bella Durmiente, ella fue la primera en levantar el brazo. Inmediatamente comenzó la música, esa misma música que hizo que Margot Fonteyn representara el papel de Aurora, la protagonista.

Madame Leblanc aplaudía orgullosa, su cara expresaba felicidad, sus diez alumnas estaban listas para representar el papel protagonista en la prueba, cada una a su manera era la mejor. Ella no hubiera podido elegir entre nosotras, todas éramos sus niñas, como nos llama cariñosamente. Solo quedaba que ganase la mejor, incluso existía la posibilidad de que la elegida no estuviera entre nosotras.

A las nueve y cuarto esperaba el autobús como de costumbre, esta vez no llegue tarde, compre el tique y me senté en el asiento habitual. El viaje fue tranquilo, apenas dos señoras mayores, tres chicos, el conductor y yo. Todos calladitos mirábamos por la ventana como la noche había llegado, la luna nos observaba allá en lo alto. Fermín donde estuviese no imaginaría como se extraña su presencia.

Cuando llegué a casa mis padres aun no habían llegado, mamá había quedado con unas amigas para tomar café y recordar viejos tiempos de cuando bailaba ballet, siempre me ha culpado de quebrantar su futuro como bailarina y había hecho de su sueño el mío. Me fue inevitable, a los seis ya estaba en clases y desde entonces no había faltado ni un solo día, incluso en vacaciones practicaba, y todo para cumplir el sueño que mi madre no realizó y el que ha vivido conmigo siempre.
    
Puse un DVD en la televisión, en las imágenes salía ensayando en mi cuarto, mi madre me lo había dejado sobre la tele con una nota “Póntelo, y practica el arabesque.” Tenía razón, no elevaba la pierna lo suficiente. Quité el video y fui a la cocina, me preparé unos sándwiches que me comí en el porche mientras observaba el cielo estrellado. Mientras contemplaba la caída de una estrella llegó mi padre, ya se había desprendido del uniforme, y cansado por el trabajo entro en casa.

La noche se me hizo eterna, apenas concilié el sueño. Había llegado ese día tan esperado, llevaba tanto tiempo practicando que me sabía cada paso de memoria, cada nota de la música, cada silencio, todo debía de cuadrar. Era sábado, y me esperaba la prueba más importante, me esperaba La Rosa Noire. Antes de salir de casa tomé un desayuno ligero, y llené un termo de tila.

Cientos de caballos galopaban en mi barriga, esperaban expectantes su turno, la infusión no los había apaciguado lo suficiente. Mónica realizaba el último paso y yo era la siguiente. Bebí un trago de agua para rebajar el nudo que tenía en la garganta, en aquel momento los nervios temblaban hasta para decir mi nombre. Respiré hondo –Elena Olivera, Collège pas Leblanc– pronuncié en un perfecto francés. Seguidamente comencé con la coreografía que Frederick Ashton diseñó para La Bella Durmiente.

Entre los familiares de las gradas me pareció ver a Fermín aplaudiéndome con entusiasmo, no pude evitar la emoción y salí corriendo. Al llegar a los camerinos encontré un ramita de nardos junto a una nota, “Si hubieras nacido antes que Margot Fonteyn solo se seguirían tus pasos.” Esas fueron sus últimas palabras que remitidas por encargo me hizo llegar. 

Relato seleccionado para el libro “Yo deportista” edición digital, Junta de Andalucía, tras participar en su II Certamen de Relatos Breves. (2012)


UN MUNDO OBJETIVO
Pasearon en el mismo vientre durante aquellos largos nueve meses, ansiosos esperaban emerger de la oscuridad hacia los brazos de sus progenitores. Ambos los esperaban dispuestos para enseñarles el mundo desde una posición objetiva, donde su princesa al crecer se convertiría en una mujer de armas tomar, previniéndola para que nadie le tosiera injustamente por el hecho de ser mujer. Mientras que a su príncipe le enseñarían a compartir con total igualdad desde las tareas del hogar hasta los juguetes, llegando a intercambiar su cochecito teledirigido por la cocinita de su hermana. Juntos tomaron parte y medidas para el nuevo mundo, ese donde la palabra igualdad prevalecerá de cualquier otra que lleve a la injusticia.

Microrrelato seleccionado para el libro “Relatos para Malala” de la Edit. ACEN, tras participar en su I Concurso de Microrrelatos Isonomia. (2012)

SUEÑO ETERNO
Las grises nubes de la tarde la acompañan, con ella van por el camino de la muerte, peregrinando tras su desventurado paso. Las amapolas del campo miran para el suelo de lo tristes que se encuentran, los pajarillos no cantan y todos ellos atentos observan como la muerte se ha llevado otra vida inocente.

Microrrelato seleccionado para el libro “Bocados Sabrosos II” de la Edit. ACEN, tras participar en su II Concurso de Microrrelatos. (2012)

CONSEJO A UN SOÑADOR
La vida es una escalera y no siempre de un bonito color. Pero, ¿Para qué estamos nosotros sino es para modificarla? A veces nos paramos en un peldaño, y contemplamos todos los que nos quedan por subir para cumplir nuestro sueño, pero lo importante es que cuando miremos hacia arriba no veamos una escalera estrecha o en ruinas, sino las escaleras de un gran palacio con escalones amplios y con una baranda a la que poderse agarrar bien. Hemos de subir cada peldaño con alegría pues no hay paso pequeño en la vida de una persona; si sientes que los pies se asientan sobre un escalón, respira hondo, coge impulso y sin pensártelo mucho salta al siguiente porque, si te paras a pensarlo dos vedes, aquel que tienes en la escalera de enfrente puede llegar antes que tú.

Microrrelato seleccionado para el libro “Conseguir los Sueños” de la Edit. Hipálage, tras participar en el II Premio de Microrrelatos Temáticos. (2012)

MIRA MÁS ALLÁ
Asómate a la ventana y no muy lejos podrás ver a un perro abandonado, dejado de lado al anochecer. ¿No te has parado a pensar en el hambre y  el frío que podrán pasar? Pues cada cual en su casa, refugiado del frío, y los animalillos abandonados pasando fatiga y dolor. El jovencito porque lo regalaron en Reyes y se cansaron de él, y el anciano porque ya no sirve como antes, y ni cariño le supieron coger. No hay amistad más bonita que con un perro puedas tener, más barata y más sana, y él siempre te ha de querer, pues un perro no sabe de envidias ni de mala fe, él te dará su cariño sincero, por algo de comer, protegerá tu casa, te dará compañía, no los abandones, pues no te gustaría, que a ti te tratasen como a él algún día.

Microrrelato seleccionado para el libro “Amigos para siempre” de la Edit. Hipálage, tras participar en el I Premio de Microrrelatos Temáticos. (2011)

 

EN LA ISLA DEL OLVIDO

En la isla del olvido,
Allí me fui a encontrar,
A escribir allí mi nombre,
Por no poderte amar.

En la isla del olvido,
Encontré una mariposa,
Que me resopló al oído,
Que tu andabas con otra.

En la isla del olvido,
Allí me quedaré,
Porque aunque quiera,
No te olvidaré.

En la isla del olvido,
Me encontré un marinero,
Que buscaba en el camino,
La flor de su destino.

En la isla del olvido,
Allí me quedaré,
Por que encontré en el mar,
Lo que siempre busqué.

Poema seleccionado para el libro “Regalos del Alma” tras participar en el Concurso del Centro de Estudios Poéticos de Madrid y quedar como semifinalista. (2005)

PAZ
Paz, paz ¿Qué es la paz ?
Si tu no la sigues,
¿Quién la conseguirá?
Porque la paz es amor,
Solidaridad y tranquilidad.

¿Quién podrá conseguirla?
No te lo pienses más,
Ayuda al mundo con tu gran,
Genio y seguridad.

Porque el tiempo pasa,
Y las noticias se van.
Si tu no ayudas,
¿Quién lo hará?
Pon tu granito y lo conseguirás.

Poema seleccionado para dos libros “Invierno Nevado” y “Verano Encantado” tras participar en el Concurso del Centro de Estudios Poéticos de Madrid y quedar como semifinalista. (2002) (Apunte: es lo primero que escribí)

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